EL SEÑOR DE KORBES
Título: El Señor Korbes
Autor: Hermanos Grimm
Etiquetas: Cuento infantil
Editor: Edu Robsy
Fecha de creación: 26 de agosto de 2016
El Señor Korbes
Éranse una vez una gallina y un gallito que decidieron salir juntos de viaje.
El gallito construyó un hermoso coche de cuatro ruedas encarnadas y le
enganchó cuatro ratoncitos. La gallinita y el gallito montaron en el carruaje
y emprendieron la marcha. Al poco rato se encontraron con un gato, que
les dijo:
— ¿Adónde vais?
Y respondió el gallito:
«Por esos mundos vamos;
la casa del señor Korbes es la que buscamos».
— Llevadme con vosotros —suplicó el gato.
— Con mucho gusto —respondió el gallito—. Siéntate detrás, no fuera que
te cayeses por delante.
«Tened mucho cuidado,
no vayáis a ensuciar mi cochecito colorado.
Ruedecitas, rodad;
ratoncillos, silbad.
Por esos mundos vamos;
la casa del señor Korbes es la que buscamos».
Subió luego una piedra de molino; luego, un huevo; luego, un pato; luego,
un alfiler y, finalmente, una aguja de coser; todos se instalaron en el coche
y siguieron viaje. Pero al llegar a la casa del señor Korbes, éste no estaba.
Los ratoncitos metieron el coche en el granero; el gallito y la gallinita
volaron a una percha; el gato se sentó en la chimenea; el pato fue a
posarse en la barra del pozo; el huevo se envolvió en la toalla; el alfiler se
clavó en el almohadón de la butaca; la aguja saltó a la almohada de la
cama, y la piedra de molino situóse sobre la puerta.
3
En éstas llegó el señor Korbes y se dirigió a la chimenea para encender
fuego; pero el gato le llenó la cara de ceniza. Corrió a la cocina para
lavarse, y el pato le salpicó de agua todo el rostro. Al querer secarse con la
toalla, rodó el huevo y, rompiéndose, se le pegó en los ojos. Deseando
descansar, sentóse en la butaca, pero le pinchó el alfiler. Encolerizado, se
echó en la cama; pero al apoyar la cabeza en la almohada, clavósele la
aguja. Furioso ya, se lanzó a la calle; mas, al llegar a la puerta, cayóle
encima la piedra de molino y lo mató.
¡Qué mala persona debía de ser ese señor Korbes!
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